Seis meses de guerra. Han desaparecido casi por completo de la tierra fertilísima de Gaza las hortalizas, las verduras y las frutas. Muchas verduras se daban muy bien allí. De hecho, hay una clase de malva silvestre que se da abundantemente en la época de lluvia y que, esta vez, ha ayudado a paliar en parte la hambruna generalizada. Otros productos se consiguen raramente y a precios exorbitantes. Un kilogramo de tomates que antes de la guerra costaba el equivalente a...
Afirmaba Chesterton que llegaría un día en que sería necesario «desenvainar una espada para decir que la hierba es verde». Ese día ha llegado ya. Así lo prueba esa psicopática ley de sopicaldo penevulvar que la izquierda caniche pretende aprobar por la vía rápida, casi de tapadillo.
El padre Gabriel nació en el barrio porteño de Villa Luro, estudió en el seminario del Instituto del Verbo Encarnado en San Rafael, Mendoza.
Su primera escala en Medio Oriente fue Egipto para estudiar árabe e islamología.
Luego estuvo cuatro años destinado en Jordania hasta que fue a Italia a completar su licenciatura en filosofía.
Actualmente es en Gaza párroco de la iglesia La Sagrada Familia, que lleva su nombre porque por allí pasaron
José, María y el Niño Jesús cuando huían hacia Egipto de las amenazas de rey Herodes y volvieron a hacerlo a su regreso.
El padre Gabriel Romanelli está ahora radicado en Belén, donde dicta clases de Filosofía en el seminario de la diócesis de Tierra Santa,
que abarca Israel, los Territorios Palestinos, Jordania y la Chipre griega.
También es capellán del Hogar Niño Dios que recibe a niños discapacitados.